El Dedo de Dios es una figura planetaria, formada por dos quincucios unidos por un extremo y cerrada por un sextil en los extremos de estos. Los quincucios indican vínculos, conexiones y relaciones; el sextil los transforma en comunicación y efecto mental.
Esta curiosa figura sincroniza con un intensa movilidad apoyada por fuertes vínculos personales o sociales. Implica relaciones con los demás sin ataduras ni compromisos. A nivel personal señala un alto potencial mental y una buena capacidad de movimiento. En el plano social facilita la adquisición de vínculos y permite un encadenamiento ordenado y provechoso de las relaciones con los demás. Observando a estas personas puede parecernos que las casualidades les van ligando a otros sin pérdida o merma de su libertad personal o su capacidad de acción. Quizás por ello se sienten en alguna medida "elegidos" y sienten tener "Una misión " que cumplir. Podemos encontrar esta figura en personajes célebres por ese sentimiento de ser "elegidos" como es el caso del Imán Jomeini o de los presidentes franceses Pompidou o Miterrand. En personas normales también se detecta esa tendencia a sentirse elegidos por creer que tienen una misión que realizar. Esta potente fijación mental les obliga a huir del trabajo normal o de las responsabilidades cotidianas. En muchos casos señala la ruptura con la carrera, la profesión o el mundo laboral normal. Esta figura esconde un grado de rebeldía ante la vida ordinaria, en muchos casos puede afectar al ámbito familiar de una manera des estabilizadora.
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